Los Dweghom Dragonslayers portan una armadura forjada en una época pasada, cuando el fuego de dragón era la mayor amenaza para un guerrero, cada parte vulnerable de un Matadragones está cubierta de aleaciones nunca vistas desde la ruptura del mundo. Las armas que empuñan fueron las que usaron sus antepasados para perforar las pieles casi invulnerables de los dragones antiguos. Forjadas de adamantino y templadas en sangre de dragón, ninguna armadura mortal puede esperar resistir un golpe de estas armas.
A los cazadores de dragones se les confían las mayores reliquias de su Bastión, armas que son la prueba y el vivo recuerdo del triunfo más grandes de su pueblo. Solo el más grande de los Thanes podía aspirar al rango de Matadragones, y ningún Dweghom, ni siquiera los Mnemancers más antiguos, tiene la posición e influencia suficientes para recomendar el ascenso de un Thane a sus filas: más bien deben ser elegidos por el aclamación unánime de sus pares; su valor y destreza son tan indiscutibles que incluso el más grande de los guerreros Dweghom no disputaría su ascenso a esta fuerza de élite.
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